En 2014, el país suspendía en reputación, sin embargo ahora la mayoría de las variables rozan el notable

Cinco Días (26 septiembre 2019)

En un contexto en el que el coste de búsqueda entre las distintas opciones del mercado es prácticamente cero, la competitividad se dispara y ofrecer singularidades atractivas se vuelve más importante que nunca. “La diferenciación es tremendamente importante en la imagen de un país, afecta, para bien y para mal, a aquellos bienes y servicios que se venden en el exterior, y por tanto, a la economía general d el mismo”, justificó la consejera delegada de Icex, María Peña, este miércoles durante la presentación del informe Índice de confianza en la marca España, elaborado por el Sistema de Inteligencias Aplicadas de Marca España (Mesias).

El estudio analiza las distintas dimensiones que conforman la imagen de España en el exterior, en base a las percepciones de los directivos y empresarios que están implicados en procesos de exportación. “Ellos son la verdadera frontera de las relaciones comerciales”, reconoció el director general de Mesias, José María Cubillo, durante su intervención. Tras la caída en reputación que se produjo en 2017, este año, España ha alcanzado su máximo histórico y la puntuación de la mayoría de las variables sobrepasa los 60 puntos sobre 100. Destaca especialmente el número de ejecutivos que confía en vincular su marca a su origen español, como hace el 70,4% de los encuestados.

La tendencia creciente que se venía arrastrando de años anteriores, a excepción del bache de 2017, se ha consolidado en 2019, pues todos los indicadores han mejorado su calificación. En esta línea, Cubillo celebró especialmente que se haya logrado reducir la brecha entre la confianza que despierta la marca España, que ha evolucionado de un 60,4 en 2014 a un 70,4% en 2019, y la que genera el país en términos generales, de un 46,8 a un 62,5%.

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